miércoles, 16 de septiembre de 2009

supura luz.





En medio de tanto mar. Me ahogo. No se nadar. Lo olvidé. Mis plumas, humedecidas, pesan montañas. Eternas cuelgan de mis hombros. Supuran fuego verde. Espesas de atardecer, ni una lagrima del viento atraviesa. Columnas de fuego se alzan en la superficie. Y por alguna razon sigo refugiado. Agobiado. Como sea, aquí. Entumecido. Disociado. Aniquilado. Por la densa marea negra. Que cubre mis ojos. Que cubre cada bocanada de aire. Me presiona. Me aprisiona dentro. En los pulmones. Me recuerda la muerte. Me recuerdo. La muerte. Me llama a los oidos. Me canta sus canciones del sol de ayer. Y al otro oido la otra canción. Que es silencio. Y mi mente solo ruido. Diapason disonante. Aberración. Mi cristalino distorción. Semitodo. Cortarme las manos. Para que dejarlas crecer. Si las raíces no logran sostenerlas. Soportarlas. Hacia los lados. Se hacen pedazos. Pedazos de pan. Y aca hay hambre. Sed. Dolor. Humedad. Moho. Agridulce. Sabor en los labios. Del color del vino. Volcanes. Dormidos. Anuncian su grito. El rojo color. Del aire. Del cielo. Rojo color. De los ojos de los ojos de los ojos. Del que ve. Del que ve. Y le duele ver. Y se le irrita la voz. Y te quedás mudo. Inutilizado. Despedazado una vez más. Por la pisada del gigante imbesil, adiestrado. No te queda más torta. Ni te importó. Y te vas comiendo el brazo entero y tus propias entrañas, y ni te importó. Estás. Ahi. No quiero escuchar tu ruido al caer. Ni ahora. Solo me contento con la calma anterior a tu putrefaccion. Decrepito. Insipido. Acromatico. Y al mismo tiempo me rio de todo lo que sos. Y se te cae la carne podrida. Crecen jazmines. Ese amorodio. onu olos. onu olos. olos somos onu. Uno solo. Uno solo. Solo somos uno.