domingo, 2 de enero de 2022

Seres mágicos

 




Gurú

 


sábado, 6 de marzo de 2021

La muerte desde la mirada budista - Marco Antonio Karam



Desgrabación

Link: https://www.youtube.com/watch?v=lxlraGov5po&t=557s&ab_channel=CaminoAmarillo

 

La tradición budista es por definición una tradición espiritual, contempla el hecho de que aquello que a nosotros nos anima, lo cual la tradición define como la conciencia, no es una mera propiedad emergente del organismo físico. Nuestro cuerpo no crea en consecuencia una muy sofisticada y compleja organización a la conciencia, sino que más bien meramente la transmite temporalmente. Podríamos emplear como comparación la programación radial, el radio como maquina o como hardware en sí mismo. El radio no produce la programación, meramente la capta la sintoniza, la amplifica, y después la proyecta.

De la misma manera la tradición budista afirma que aquello que nosotros nos anima es una entidad distinta a la corporal pero que emplea temporalmente el cuerpo para manifestarse en un plano, en un universo, en un mundo particular, de experiencia o de existencia en términos generales.

Así esta tradición define a la consciencia como un flujo de eterna continuidad de experiencia una especie de energía lucida o consciente que no se crea, no se destruye, se transforma.

La tradición budista no contempla la muerte como un fin absoluto, como la desaparición, la desorganización, extinción de la conciencia y por tanto de la vida, sino más bien contempla la muerte como una mera transición entre una forma de vida y otra. En la tradición budista, nos preparamos para el morir, y pensamos que la muerte en oposición a percibirla como un enemigo, es un gran aliado, en particular porque  nos recuerda la importancia del vivir, no desaprovechar el tiempo. Al mismo tiempo nos aproximamos a la muerte con una actitud de naturalidad. Primero porque acontece para todo por igual, porque no hay salida de la misma, todos vamos a morir. Desde la perspectiva budista, no es un fin, no representa la extinción de la vida o la conciencia, sino una transición entre una forma de vida y otra para la que naturalmente tenemos que prepararnos.

El primer elemento a tener consciente es esa famosa expresión de los textos medievales y renacentistas europeos en torno al "art morendis", arte de morir, donde se dice que para prepararse para la muerte hay que vivir con plenitud la vida. "Art vivendis, art morendis", para poder prepararse para morir con plenitud hay que vivir con plenitud. Y este sería un elemento que naturalmente la filosofía y el universo de la práctica budista abraza con particular certeza. Para prepararnos para morir hay que vivir con integridad.

La tradición budista contempla la muerte como un estado de transición entre una forma de vida y otra, también equipara en el transito del morir a patrones por los que nosotros transitamos durante la experiencia de este estado natural que es la vida. Por ejemplo, el entre estado de transición entre la vigilia y el sueño profundo sin sueños. Y la transición entre el sueño profundo sin sueño y el sueño onírico, y después del sueño onírico al sueño profundo sin sueños, y al estado de vigilia. Así se contempla la muerte como algo muy similar a estas transiciones. Por tanto, se afirma que si lo pensamos, nosotros podemos experimentar por ejemplo en la experiencia onírica los sueños de dos diferentes maneras. Podemos hacerlo inconscientes del hecho de que estamos soñando, por lo tanto, presas y controlados por el contenido del sueño al que equívocamente nosotros le proyectamos realidad objetiva o en contraste podemos despertar dentro del sueño, hacernos lucidos en este y controlar las apariencias del sueño y por lo tanto liberarte de la tiranía que ordinariamente ejercen sobre tí al reconocer la naturaleza ilusoria, al reconocer que los sueños no existen independiente al acto de soñar. 
De esta manera la tradición budista contempla que la muerte es muy similar al tránsito del soñar. Por lo tanto, podemos transitar el periodo del morir inconsciente de su naturaleza ilusoria y controlados por sus apariencias, o en contraste podemos despertar, hacernos lucidos en ese tránsito y tener injerencia en el mismo, de tal manera que nosotros podemos impulsar a nuestra consciencia hacia un renacimiento particular que sea favorable para nuestro desarrollo evolutivo y para esto nos preparamos a lo largo de toda la vida. Trabajando con el sueño que lo transformamos en una experiencia lucida y consciente ejercemos dominio sobre sus apariencias y así nos preparamos para este sueño más coherente y profundo que es el del morir.

Otra preparación que es importante tener en cuenta, es que morimos como vivimos, por ejemplo, la preparación ética. Tratar de vivir nuestras vidas de la forma más ética constructiva, virtuosa y positiva posible. Dado el hecho de que estos hábitos, impresiones y tendencias que depositamos en la continuidad de la conciencia van naturalmente a operar como motores que impulsan hacia una nueva existencia, así vamos a morir como hemos vivido. Si hemos vivido con integridad vamos a morir con integridad y vamos a vernos expuestos a condiciones muy favorables para nuestro desarrollo evolutivo en vidas futuras.

Nos preparamos también a través de la meditación discursiva imaginando distintos mundos paralelos de tal manera que en el momento que nos vemos expuestos a estas realidades alternativas las podemos abrazar con naturalidad y no con temor y ansiedad.

Nos vamos familiarizando con la mecánica del morir de tal manera que esta no nos toma por sorpresa y no nos genera ansiedad o miedo, al mismo tiempo abrimos la mente a muchos distintos destinos en los que la mente puede experimentar renacimiento, nos familiarizamos con diferentes alternativas de vida. Imaginamos tierras puras, universos alternativos acordes a las descripciones que de estos nos aporta la tradición budista y así cuando nos vemos expuestos a estas realidades alternativas en el transito del morir las abrazamos con naturalidad, entonces hay preparativos éticos, informativos, imaginativos, contemplativos y todos nos ayudan precisamente a afrontar la muerte con naturalidad.

La tradición budista contempla que nuestra identidad física como mental no es unitaria, esto es que nosotros no solo tenemos un cuerpo, sino que el cuerpo que tenemos o somos es una colección de componentes transitorios materiales y en ese contexto una colección de cuerpos. Así la tradición budista habla en términos de nuestra corporalidad física de tres diferentes dimensiones, el cuerpo groso, el cuerpo de carne y hueso, el cuerpo adamantino, cuerpo de energía sutil compuesto de canales, de energías, de puntos de ensambles energéticos, cargas primarias de energía masculina y femenina, y finalmente habla de un cuerpo en extremo sutil, que es aquel que alberga a lo largo del vivir corporal a la naturaleza fundamental de la mente, así también la tradición budista habla de tres dimensiones de la conciencia, bajo el hecho de que la conciencia está compuesta una colección de componentes transitorios, y temporales mentales, una sucesión de instantes o momentos de conciencia. Y se dividen en tres dimensiones. Mente grosa, "psique" en nuestro caso es humana y opera y funciona en un vínculo o gran cercanía al cuerpo físico, la mente sutil que es la que transita de una vida a otra, independiente al cuerpo físico y donde se depositan las semillas del karma y la historia de la infinitud de nuestras vidas, pero lo que todavía es una conciencia dualista y aflictiva, y este está vinculado al cuerpo adamantino al cuerpo de energía. Y finalmente la mente en extremo sutil que es la naturaleza esencial de la conciencia que está vinculada temporalmente mientras vivimos al cuerpo en extremo sutil, llamado el de la "gota indestructible". Pero cuando transitamos por el morir se separa definitivamente de este. Esta mente es una mente que no está afectada que no está influenciada por nuestras afecciones mentales y emocionales es una mente que no es dualista, en su naturaleza fundamental es pura y despierta. A pesar del hecho de que nosotros no la hemos hecho funcional y consciente a lo largo de la vida, sin embargo, esa es nuestra naturaleza.
¿Qué sucede durante la vida y particularmente en el transito del morir? La vida la transitamos constantemente entre diferentes estados de consciencia, en donde operan por momentos la consciencia grosa que es la habitual en nosotros, por momentos la conciencia sutil y por momento la conciencia en extremo sutil. Por ejemplo, cuando te ves expuesto a una sorpresa, a un susto, cuando bostezas, cuando estornudas, cuando suspiras, cuando arribas al pico del orgasmo, la conciencia grosa experimenta una temporal discontinuidad y aparecen estas conciencias más sutiles, en el trance entre el estado de vigilia y el dormir.
Pero el momento donde estas transiciones se manifiestan con particular intensidad es naturalmente durante el trance del morir, el cuerpo groso se desorganiza, y por lo tanto deja de ser capaz de sustentar a la conciencia grosa, la cual experimenta discontinuidad, así surge como sistema operativo primario, el cuerpo sutil de energía (cuerpo adiamantino), y con él la operación de la conciencia que de éste depende, u opera en vinculo, con la conciencia sutil y durante el transito del morir, ese cuerpo energético también se desorganiza temporalmente, deja de sustentar a la conciencia sutil, y surge el cuerpo en extremo sutil y con él la conciencia más sutil, que es una que no es aflictiva. Es en ese momento por el que todos los seres dotados de vida transitan, que tenemos una oportunidad de reconocer esa naturaleza fundamental que en el estado de vigilia rara vez florece del todo clara.
Poderla estabilizar y a través de ese medio lograr la plenitud, despertar y la iluminación entendiendo ese estado del despertar y la iluminación como no otro que aquel en donde esa naturaleza fundamental de la mente se manifiesta de forma lucida y funcional.
Si bien esto acontece de forma natural en el transito del morir, no es fácil reconocer esa naturaleza fundamental. Porque a lo largo de la vida y vidas no hemos generado, en buena medida familiaridad con esta y cuando la misma surge, en nosotros lo que generalmente acontece es que la impresión es tan poderosa e intensa que ya sea deseamos atraparla y se nos escapa o simplemente nos desmayamos. 
Entonces tenemos que trabajar a lo largo de la vida y es uno de los objetivos de la preparación contemplativa del budismo en vida para la muerte para poder reconocer el instante en donde esa mente en su estado desnudo aparece y podernos relajar en ella sin tratar de atraparla y al mismo tiempo sin desmayar, y si logramos eso que no es fácil esa experiencia nos conduciría a la plenitud del despertar y la iluminación.

En la tradición judeocristiana a esa conciencia que nos anima se le llama espíritu u alma. Aunque también se habla del espíritu, alma y diferenciaría un poco lo que los budistas llamamos la mente grosa, sutil y más sutil. 

Los objetivos fundamentales de la vida desde la perspectiva del budismo es también prepararnos para abordar ese tránsito por el que todos pasamos de la forma más exitosa posible y para ello requerimos muchas herramientas. Y una muy primaria en la que todo el mundo puede empezarse a preparar es el desapego, es tener precisamente a lo largo del vivir que nada con lo que nosotros convivimos con lo que interactuamos, realmente nos pertenece, que todo en la vida lo tienen por un instante. Así esta prestado tu cuerpo y así están prestados tus posesiones materiales, tus relaciones interpersonales, y si aprendemos en vida a ver a estas variables de esa manera y a trabajar con el desafío, que no es indiferencia e irresponsabilidad. En el momento que por naturaleza tenemos que dejar todo esto atrás, lo haremos con naturalidad y esto nos ayudara en este tránsito de una forma muy importante.

Uno de los grandes místicos que trajo el budismo al Tíbet, llamado Padmasambhava decía, que para aquellos que realmente comprenden, entienden la naturaleza espiritual de la mente, aquello que llamamos muerte es solo un concepto. En otras palabras la muerte como tal no existe, es una mera transición entre una forma de vida y otra, entre un sueño y otro sueño, y el reto que tenemos es despertar, no solo en el transito del morir sino en la vida.

viernes, 28 de agosto de 2020

 ENTIDADES 



Triálogo: Rupert Sheldrake, Terence McKenna y Ralph Abraham
Del libro "Caos, creatividad y conciencia cósmica".



Terence (1): Este diálogo girará en torno al exótico tema de las inteligencias incorpóreas y las entidades no humanas. Estas entidades parecen ocupar una especie de limbo ontológico indefinido. Sea cual sea su estatus en el mundo, su presencia en la existencia y el folklore humanos es sorprendente. El fenómeno de su existencia no es algo inusual ni estadísticamente extraño. En todas las épocas y todos los lugares, con la posible excepción de Europa Occidental durante los últimos doscientos años, se daba por sentado un comercio social entre seres humanos y varios tipos de entidades incorpóreas, o inteligencias no humanas. Podría haber sido tan simple como la esposa del granjero celta que preparaba un cántaro de leche para el mundo de las hadas, o podría haber adoptado formas más elaboradas.


Un segundo aspecto de este tema es la tremenda variedad de estas entidades. Estamos hablando de una especie de taxonomía paralela en otro continuo en el cual hay yinns, ifrits, ondinas, machacadores de piedras y gnomos, y esta es sólo una muestra en el contexto del imaginario europeo. Después de añadir los puntos de vista de varias culturas en el potencial de formas de vida no humanas, tenemos un conjunto verdaderamente vasto decriaturas singulares, todas, expresiones de un sistema de creencias muy elemental que parece ser inherente a la condición humana.


Antes de adentrarnos en la historia de esta idea, podría ser interesante simplemente revisar las opciones lógicas que se nos abren al examinar fenómenos de este tipo: son básicamente tres. La primera opción es que estas entidades son extrañas pero físicas, y que sus identidades se hallan en algún lugar entre los celacantos y el Bigfoot. Potencialmente, podría imaginarse que se mueven desde la esfera de la mitología a la esfera del hecho zoológico establecido y, en efecto, esto ha ocurrido en algunos casos bastante poco llamativos. Ésta es con mucho, la postura menos interesante. Por ejemplo, el yeti es una criatura que no quiere desvelar si es simplemente un miembro extraño de la taxonomía habitual de este planeta o si es algo bastante diferente.


La segunda opción que tenemos ante nosotros cuando observamos el estatus ontológico de estas entidades es lo que yo consideraría la postura junguiana. Para demostrarla, simplemente citaré a Jung sobre el temade los sprites y los espíritus elementales. Eslo que yo llamaría el enfoque mentalista-reduccionista para entidades e inteligencias incorpóreas. Afirma que, de alguna manera, forman parte de nuestras propias mentes, que su existencia depende de que las concibamos como objetos en nuestra imaginación, aunque se expresen de forma patológica.

Rupert (2): En otras palabras, ésta es la posición humanista de la que todos los dioses, entidades y demás son simplemente proyecciones de nuestras mentes.

Terence: Exacto. La teoría de la proyección mental, es unaimagen muy bella.

sábado, 2 de mayo de 2020

Indestructible



Indestructible

Llamando a los querubines, 
cantores de las estrellas.

Abro el portal 
siempre abierto,
de la conciencia infinita,
y circular.

Abrazo a la naturaleza,
agradezco todo lo que soy,
y lo que fui y lo que seré.

Me entrego, entre plegarias,
al viaje del tiempo.

Abrazaré las estrellas, 
besaré la sal de la tierra,
y allí encontraré mi paz.

Sereno caminante, 
de las nubes,
viniste a recordar lo que ya sabias,
y una vez más lo vuelves a escuchar.

Es el canto del silencioso,
la canción de la soledad.

El profundo zorzal,
corazón de piedra, 
ablandado por el río, 
contorneado por la paz.

Rincon de lava ardiente,
desesperante lava,
ya eres parte de mi sangre,
eres tierra otra vez.

Soy el muerto que camina,
que danza, 
que abraza las mareas,
que acariciar la arena,
y vuelve a ser de la forma
del la partícula indestructible.


domingo, 26 de abril de 2020

vive.


martes, 31 de marzo de 2020

hermano de un dios


jueves, 26 de marzo de 2020

más vida


martes, 16 de mayo de 2017

el viejo portal del cielo

jueves, 4 de mayo de 2017

druidaida y vuelta


Indiga


martes, 28 de febrero de 2017

anasanara


domingo, 22 de enero de 2017

Drinaiare Amitābha



Soledad de soledades, encendí mi fuego más profundo.
Te diviertes a las orillas del río Pi.
Anteanoche la voz del mar desterró hacia el abismo.
Sujeto al navío marfil. Siento dejavús.
Donde las olas del mar mesen lunas de polvo negro.
Reencarna la verdad sobre tu cuerpo sin piel.

¿A caso los árboles niños no han elegido ya caminos?¿Quién en su lumínica existencia pudiera contradecir las silenciosas palabras del viento?

Antes de llegar tus labios cantaban
el viejo adagio de los titanes.
Per-petreos verbos antiguos,
dieron forma a los bosques.

Drinaiare oraleio amritaria.

Peces amarillos, intento-
fuerza inmaterial dio forma
lago de alma incertidumbre

Parmaneció la sal,
no agobiarse bajo el sol,
parte piedras, agua y en tu voz
Da forma alas, arenas del tiem`po,
desmorona, desmemoria.

Deslízate brazos pulpo,
etéreo arco iris danzante.

Pozo de agua.
Llevas ahí donde el rubí.

Inail
Ram.
Ib,
U.

jueves, 1 de septiembre de 2016

Ave


lunes, 15 de agosto de 2016

nahuales

Doblegaré el poder de mi nahual felino, esgrimiré contra la forma de las estrellas sellando mi destino de ave en el cielo. Cóndor de fuego rescatará mi serpiente iguana azul del fondo del mar.


Duendesito bailarin

Soy un duendesito bailarin, hoy me transformé en sapito, escuchando el corazón-latir de duendes, elfos, gigantes, felinos, aves, y rojizas serpientes, que levantan el polvo de estrellas y lo convierten en poesía, maravillosas miradas entretejían la realidad. Sin más fui sapo, luego renacuajo, luego sapo, hasta mosca y volé, hasta su lenguita y me transformé en su alimento y soñé que nacía y contaba hasta tres y volvía a contar, y alguien me enseñó que con eso me podía cortar, y no estaba bien cortarme, porque me dolería, y luego me dio miedo que el pasto me corte y ya no lo pisé descalzo, tenía barcos zapatilla y miraba el cielo invertido desde mi cama cucheta y anduve en bicicleta di infinitas vueltas un día hasta que mareado bajé a tomar agua y oí lo que aún no recuerdo, lo que hoy está ahí, la bendita cola del uroboros, soy un niño cada vez, otra vez vuelvo, ya no siendo el mismo, pero sintiendo la fuerza del alba. Algún Saturno, algún Júpiter,me expande, me disuelve, y me vuelve a explotar en cielo...

Frida

niño gris

El niño gris, el cetro azul, nadie llora en el desierto de sus ojos, dentro y fuera es lo mismo, busca el tesoro en los ojos del niño que ríe, que llora, sueña con los ojos abiertos, el dulce sol ya sanará tu pena, no llorarás al sol que brilla dentro, el niño brilla en tus ojos y tus ojos son un niño naciendo en brazos de la madre tierra, encontraras el hilo a seguir frente a tu nariz.



sueñas

Obserba a tu alrededor, sin miedo, el animal furioso ha desaparecido entre la hierba, no temas continua el camino. La luz de la luna te guía y proteje, mientras te sumerges en la inmensidad del bosque. Sueñas que estás vivo y recuerdas que tu cuerpo es el cuerpo del universo, despierto.


Mirás al sur.



Marea azul,
costa del nectar,
ojos de río, no olvidan.

Todo se ha unido,
sublime encuentro
de las partes, una vez más.

Azulado verdor, rojiza tierra,
naranjaivioleta hebra.

Pensar
Morir es crecer.
Abarcar.

Las márgenes
del río amarillo
son
galaxias
cercanas.

martes, 22 de diciembre de 2015

nin ra


domingo, 20 de septiembre de 2015

luxi


domingo, 28 de junio de 2015

Sueño

Agradezco y sueño,
días sin dueño,
un instante galaxia, 
falasias,
miradas distantes,
medios,
transeuntes,
madre,
noche del tiempo,
luna en escorpio, 
torpeza, 
indecisión, 
puro corazón, 
mantra antiguo, mudra,
silencio armónico en los árboles,
sabor a bosque, musgo,
arcoiris, piel del agua, 
abismo del primer paso.

Llama verde
enciende al corazón,
late el verbo, amar, amar, amar hasta morir.

jueves, 30 de abril de 2015

Elohim


Una larga mañana del universo los niños cometas jugaban en el cielo a saludar planetas. Sus ojos veían tan lejos que la poesía del mundo llegaba hasta el fondo de su alma. Esa larga mañana alargada del tiempo, uno de ellos, Elohim descubrío a una mariposa de mil colores, ella reposó su cuerpo luego de un súbito aleteo, sobre los diminutos pétalos de la flor celeste, del medio del lago.
El agua dulce de los ojos de Elohim comenzó a correr, como un río de aguas cristalinas, y el tiempo se hizo cada vez más íntimo.
Los instantes retorcidos en los relojes de antaño cobraron vida, al fin escuchaban latir su corazón de niño. La mariposa con su inocente conciencia divina, solo sabía que era ella. Sin embargo no contaba con la mirada de Elohim, el que da vida, y conciencia a las cosas. Donde Elohim mira, la hierba crece, el color dorado del sol resplandece, la respiración del niño aparece. Esa mañana era el primer día del sol. ¿De donde vienen las galaxias? Se preguntó elohim. El tampoco sabía el gran misterio. ¿De donde vienen las mariposas que aletean? Sus preguntas solo se respondían en su búsqueda minuciosa.
La inmensidad era diminuta ante la presencia de las akashas o grandes madres del axis, nido eterno. Ellas aun recuerdan el amoroso parto de cada galaxia, todavía nacen ayer cada instante siempre. Cada luna de la tierra que pasa, nacen millones de galaxias en la piel de los niños rojos de andromeda. En la cascada azul rojiza del espectro todo ya tuvo su final, y volvió a comenzar hace mucho tiempo.

miércoles, 7 de enero de 2015

coherencia


idílico
adulación
edifica
educa
dice
diente
abre
lumbre
cincel
son
cinta
abrupta
ermita
insolente
estado
dirección
brecha
techo
casa
santo
perdón
hablar
sal
sanar
bebé
etéreo
sol
silencio
don
piedra
ética
trágica
mente
soñar
etílico
borrar
dormir
enfrentar
salpicar
besar
beber
tomar
Omar
roma
mirra
Baltazar
silencio
soltura
tintura
rural
ámbar
marina
mordisco
muerte
tilo
antifaz
sutura
épico
vandalismo
músico
nariz
galletas
licencia
belleza
sombrío
etnia
pilar
rio
roer
ripio
peligro
sangre
silbar
Tilcara
duende
monte
trino
cantor
brote
luz
minos
tetra
polipéptido
disímil
anestesia
corpóreo
molino
sagrado
pila
pelo
potus
cactus
santuario
testimonio
mar
tatuar
trineo
sonda
onda
pero
talón
bestia
león
sonido
nido
tuco
rupia
milésima
minotauro
tiempo
pasado
pérdida
ahorro
telar
Antares
dragar
amargo
con
sapo
remolino
oso
pino
Tucumán
pico
pantano
Londres
bicho
tía
saltar
embestir
poder
estar
dentro
del
cuerpo
ya

habitar

domingo, 21 de septiembre de 2014

Vajra


Imagen: Hundertwasser

Fuerza bruta la del corazón diamante. Despelleja tus frutos el sol de la primavera y me borra para siempre de tu espejo desgajándome. Me sueltas para encontrarme en otro rostro sin saberlo. Se reconocerte en el sabor del tiempo, en el intersticio del átomo. La partícula sabe amarga cuando te alejas, pero solo a ti te dejas, sin rumbo. He aprendido la metáfora de tu nombre y el mio, los antiguos guardianes del fuego me hablaron ya del "nosotritos", la ley de "reciprocidad"...
Ya mi ánfora anida nudos encendidos, ramas dobles, robles nobles, almas se encienden en la hoguera sanadora. El abuelo rojo sana la dualidad de los espejos. Nacerás como un trébol en el valle, recordarás el paisaje una y otra vez, sabrás tu verdadero nombre. El verbo se deshace en las miradas, las palabras no alcanzan la piel. Evoco a la madre, a la serpiente emplumada, y al fin te puedo ver, emerges a la superficie como un trueno, escucho tu sonido en el viento, y en el silencio veo tu color de vacuidad.