viernes, 25 de junio de 2010

bebé dios policéfalo


























La multidmensionalidad. El policéfalo. Número áureo.

jueves, 24 de junio de 2010

Harto Artaud

Ver ya mismo las cortezas caídas de los rinocerontes de antes, eso quiero. De esos que se comieron el polvo de sus propios huesos antes que estos sean huesos ya.

Entre gemidos la perla se tragó a la ostra, y nada más se supo de ella, ni de aquella otra.

Aprovecho para reprocharles a los oidos sordos, la falta de atención. A los ojos de vidrio, su frialdad. Y no me basta con reprocharles. También les pasaría lista gritando a mil voces cada una de sus capacidades, cada uno de sus miembros sin uso, corrompidos, atrofiados por no ser. Para ver si de una vez por todas nos ponemos en el lugar que nos corresponde.

Estoy cansado de los titires que tienen titeres dentro, y en sus manos más títeres sin cabeza, y más titeres en sus dedos, y así rama a rama.

Me cansé de ver que todo está desfasado. Y no es un pelo de distancia. Hay un abismo.

Harto.

anicora

















De donde viene? Me pregunto. Miro a los ojos dentro de los ojos, y me vuelvo a preguntar. Señalo tus raices, y creo que ha de venir desde lo profundo.
Roja tierra. Madre. Padre sol. Miro al cielo. Corazón humano, la emoción. Presente. la sangre que corre, la aceptación.
Anoche despues del abrazo de mil soles, esa constelación que el ritmo del universo llevo a tu rostro, recordé.
Conocer suele ser recordar, y anoche recordé. Tu padre sol. Recuerdo simbólico. En los sueños. La aceptación.
El amor calido de padre. Que recuerdo porque soy. Porque soy todo lo que es el mar y el mar es toda la gota que creo ser. La simple conciencia. Se amplía.
Lagrima feliz deslizandose por tobogan. Vueltas carnero del alma, o de lo que quiero creer que hay. ahí. una, dos, tres.
Me besó tu padre, mi padre. Hace mas de un año, lo que rogué en cuadernos, mientra me llovían los ojos, vino por si mismo.

Y cesó el no.

La no luz es luz. Cuando más aferrado estamos. Es justo ahí. En al abandono. En la sensación me abrazo a lo que creo que es fuera.
Y en realidad es dentro. Tu mano es mi mano, padre. Tu abrazo es mi abrazo, padre. Somos reflejo. Y hoy aprendo de mirarme dentro.
Y aprendo de mirarte dentro. Esto del corazón. Esto del viento. De la voz. Que fluye. Y agradece.
Bendices y no recuerdas aún. Pero quizás, mañana amanezcas sobre el mar. Siendo mar. Una vez más.

Acompañar. eso quiero. acompañar.

juntos.

martes, 22 de junio de 2010

asperito

shock doctrine

Leyendo textos de antes. Encontré el siguiente y quería compartirlo:

Grito

Gritan los hombres sin rostro, dolidos por no poder dolerse, por no poder sufrir,
condenados a sentir sin ser sentidos, pues los sofoca el frío y punsante silencio de sus hermanos, hermanos. Simples se desencadenan las batallas injustas, donde en medio, el profundo agujero debora todo lo demás sin importarle nada, sin importarle nada.

Serás lo que quieren que seas. Serás?

Y las canciones siguen sonando mientras tu estas sentado sin escuchar.
El ritmo detrás de una mirada cansada describe tu alma, gotas de agua que mueren, caidas del cielo. El viento gira retorciendo los instantes a tu alrededor,
Oprimido por una fuerza que desconoces, ya no puedes gritar, hablar, cayar.
Tus gritos se quiebran en pedazos y escualidos caen entre tus dedos, frájiles hombres sin cuerpo, se desvanecen.
El silencio se apodera de ti. Cayas y mueres, y aún así sigues de pie.
Intentas ver y sin embargo sigues tieso. Inmovil, desalmado, desechado por un basto ejercito que paso sobre ti.
Cada razón, cada expresión y movimiento es gobernado por un tirano
No lo conoces mas vive dentro de ti.

Y el tirano dirá:
Tu. Soñaras cada día menos, pues ya no habrá mas sueños que los que se te imponga.
Respirarás sin conciencia por decreto.
Añoraras el ayer, necesitarás del mañana y olvidaras por completo el hoy.
Renunciaras al amanecer cada mañana, cada tarde al atardecer y al caer la noche,
te acostarás a dormir sin besar la luna.
El otoño será igual a la primavera para ti, pues ya no tocas su esencia.

¿?

Y algo que me parecio interesante para compartir, algo que estuve leyendo e investigando. La Doctrina ddel Shock.

Solo una gota

Aun, algunos reacios al amanecer,
continuan con la ventana entornada,
con el paragua bajo el brazo,
y un miedo a mirar a los ojos
que les marchita el pecho,
les seca la punta de los pies,
se retuercen como trapo
y ruega su rostro un poco de amor,
solo una gota.

domingo, 13 de junio de 2010

Unisono ya!

Vivo a mil gatos luz de allá. De ese rombo ambivalente. Vivo en las alfombras de un jardín invertido que rodea una rueda, sumergida en un fuentón. Es fácil ver desde acá la rotula fruncida de los cavernícolas, antropostáticos, entrenada para realizar un solo movimiento o dos. Vertical u horizontal, no recuerdo, ni si quiera me lo puedo imaginar. Ya que es imposible, después de haberse transpuesto múltiples veces, concebirlo. Es divertido ver como para rascarse la nariz se necesita seguir 15 pasos, para girar en círculo o tomarse de la mano se necesitan instrucciones bien precisas, o para simplemente mirarse a los ojos sin pestañar es preferible haber terminado de leer un manual de fisiología del ojo, o al menos haber hecho un curso de verano inherente.
No se precisa más que un tórax bidimensional, un corazón que lata en monoaural, alguna que otra extremidad, y la ansiedad de moverte desesperado sin mirar alrededor y chocarse entre sí. No se si estás acá o allá ya que ni si quiera existe un allá o un acá ni ningún esquema conceptual referencial y operativo, o quizás si quien sabe.
Mientras tanto te invito a que te inviertas. ¿ em seel, ¡ ¡ ¡ orepse euq is .. ¡ ¡ ¡ oy et oma.

Al sol

A veces cuelgo del árbol y soy la fruta, otras veces me desparramo en el vientre de la fría piedra y me dejo roer por el tiempo, me dejo morir. Quizás me encante morir, una y otra vez, o quizás tan solo tenga un miedo enano vestido de tul. Me es tan simple salirme del círculo, romper en pedazos lo que tanto esfuerzo me llevó y volver a encontrarme desnudo en el río seco, en medio del valle de piedras de ayer, las que aun no se hicieron arena y siguen sonando como cascabel. Decí que al menos ya hay un cúmulo finito de sedimentos que se puede contar con los dedos de las manos y los pies, para no decir diez o veinte granitos de arena. Más allá de eso:
Amo sentirme acá, sentir que apenas un par de raíces asoman por entre las uñas del meñique, despertarme temprano e inconscientemente encontrarme de frente con el gigante azul, ese guerrero que se viene y que se va, que permanece y es mi norte.

Pájaro de cristal

Al fin aterriza el pájaro de cristal, la noche lo devuelve a su origen. Retornar sabe a humedad. El amanecer se queda dormido entre palabras. En la gota se cierra el circulo, la dama sigue girando. Del abrazo crece la flor, y la gota se haya a si misma disuelta en el mar. Pido disculpas si no me encuentran donde creían que estaba, suelo perderme entre las cosas, soy lo que soy. Me dan placer las escondidas, pero solo cuando no me encuentran. Deseo perderme jugando, desvanecerme en un grito, filtrarme entre las miradas y de golpe que explote el dolor en el ombligo que te recuerda: estás vivo. Y de nuevo ser el mismo, al que amo y aborrezco, y no se porque, al que juzgo y controlo y no soy yo quién. Cuánta gracia te puede dar el amanecer si la mitad de lo que crees ser se quedó arremolinada de noche en abanicos cerrados de luna, y te tragó a la fuerza. Y sos tan fácil de masticar que ni si quiera le caíste mal, y sos tan frágil que ni recordás el dolor de cuando te hiciste astillas y lo ves como si fuese propio y es tan mío tan tuyo tan de nadie que me da vértigo la sola idea de verme girando sobre su eje como un trompo.

Tubérculo

Debo comenzar a comerme las uñas menos veces al día, a dejar de experimentar la sensación de que la cuerda que me sostiene es un hilo de algodón, y ponerme a pensar más en las raíces que me están creciendo desde los dedos del pie, a las que poca importancia le doy, y en fin gracias a ellas me mantengo. No es fácil pasar de ser un clavel del aire, a desarraigarse del viento, y colgar las alas en el perchero, para convertirse en un tubérculo. Eso de ser tubérculo, medio que me deja dudas. No se si quiero vivir bajo tierra. O tener gránulos extraños alrededor, y encontrarme lleno de nutrientes. En si no quiero ser una papa o un camote. Me enorgullecería más ser al menos una planta de tomate, o un colibrí. Que se yo. Al menos lo pienso y no me sigo engañando con la cómoda idea de creer que soy un extraterrestre, cerrar los ojos un segundo, tantear en el sillón ese extraño aparatejo remoto, y encender la caja que te ama, y te aprisiona, si esa que te come el seso, y peor aún, después de masticarlo y digerirlo te lo devuelve al mismo lugar para que mas tarde puedas seguir cometiendo el mismo acto de encendido. O sin ir tan lejos transformarme en una piedra que sonríe cuando le hablan, pero que no le interesa si el otro es un carozo o una uva, o la cascara de una nuez. Porque para que le voy a prestar atención a esa cosa que parece estar comunicándose, si al fin y al cabo todos hablamos pero nadie nada se dice. Esto de la trágica y ardua tarea de no estar cuando parece que sí, trato de comprenderla, y no lo logro. Desde ya que hablo desde la experiencia, yo soy uno de esos que te mira a los ojos algunas veces y le hablas y le hablas, y no te diste cuenta que tenía el piloto automático del cuerpo encendido y mientras estaba dando vueltas carnero en un colchón, o generando logismos ilógicos, o planteándose cosas de que se yo que cosa.

viernes, 11 de junio de 2010

Rinocerse.

Nada facil reconocerse, nada facil transitar los dos caminos al mismo tiempo. No se que es lo q me mueve a eso, pero alguna parte de la realidad me lo pide, lo busco, lo huelo lo siento y ahi estoy como una estatua del arlequin en potencia, but dont worry #be happy, dice la cancion y yo me preparo para la carcel de cemento. Me cuelgo dos o trés ideas de quien quiero que crean que soy, las repito por el simple acto de memoria: "Yo soy Sarasa, y hace varios años que ando en el mundo de las sarasas, me dedico a la practica intensiva de la sarasa y soy muy feliz, gracias. Adios." Y todo gira así, y no me la creo ni en pedo, pero actúo bastante bien, porque a veces me voy por la tangente. La tangente te lleva a tardar un millon de años en volver a encontrar la elipse y así andamos de universo en universo por el mismo peso gravitatorio que genera nuestro ego purulante, esa triste idea moderna de creernos dios porque sabemos contar con los dedos, o abstraernos y hablar sobre cosas que no se ven. Pero por favor, que ridiculo. De eso se trata todo, de saber lamer suelas de zapato ajeno, de encontrarle la vuelta a la esquina o encontrar el cocodrilo de los huevos de oro, tan codiciado ser, para comerle la piel, los huesos, las costillas, y hacer los huevos fritos para comer sin compartir. Sapo en la barriga. Y vender estampitas de lo que el cocodrilo fue. Tanta magia en las pantorrillas, tanta rucula en la huerta ¿para que?
Alcornoque, pobre arbol que se la agarran con él.

Incorporeo

Me desprendo. Las uñas me caen de los dedos, los dedos de las manos, falange a falange, se desparraman en la tierra. El que se cae a pedazos, el que se resquebraja, el que se amputa a cada instante un trozo más. El que se extirpa recuerdos del entrecejo, que como lagañas, intrusivas lagañas, le colman los ojos, le deboran las entrañas, y se queda sin ojos. Sin ojos y sin recuerdos. Sin ojos va. Va a caballo, a multicornio, interpolando mil patas entre los obstáculos inhertes. Y solo se mueve el, o al menos da la sensación. Y el equs ferus, muere y nace, su muerte es medular y cortical, y revive entre cada muerte la anterior. Recuerda que solo es el vehiculo. Luego, uno tras otro, se caen en el cubo de cristal, en el claustro. La invalidación de ser. La inclusión de las arístas al dodecaedro irregular, la descorporización del homo sapiens-sapiens. Esto no culminó.

Incomprender

Octogonal epitelio de octonópulo, espantoso ser que habita en los crepusculos lunares y en las ensaladeras de metal. Interpreta la sopa etérea. Simbiosis sectaria en amaneceres inhertes, alucino tormentas, veo sin ver. Ráscate el acordeón de plumas, y despréndete la ignea desasón ambulante de las ojeras y las orejas. Intrepido acertijo, alegoría mandibular. Eritroprotoplasma. Altruismo pululante, lección dependiente. Adormecida y trémula roja sacudida intracorporea. Anida tu inocua semilla en la lata oxidada. De sol de mente, de anáforas, de meticulosos pentagramas insaciables, voces oscuras, líneas rigidas. Triángulos estereoscópicos, atrapantes mantricos girantes. Gigantes blancos, andan lucidos. Lago, nado en sangre, muerte y desesperación, la anguila azul, inmovil. Suerte que seas, que seas la unica que queda por masticar. De tu sangre se haga el almibar. Y sea la luz en la faz, y en la fosa. Sos lo que crees.