domingo, 21 de septiembre de 2014

Vajra


Imagen: Hundertwasser

Fuerza bruta la del corazón diamante. Despelleja tus frutos el sol de la primavera y me borra para siempre de tu espejo desgajándome. Me sueltas para encontrarme en otro rostro sin saberlo. Se reconocerte en el sabor del tiempo, en el intersticio del átomo. La partícula sabe amarga cuando te alejas, pero solo a ti te dejas, sin rumbo. He aprendido la metáfora de tu nombre y el mio, los antiguos guardianes del fuego me hablaron ya del "nosotritos", la ley de "reciprocidad"...
Ya mi ánfora anida nudos encendidos, ramas dobles, robles nobles, almas se encienden en la hoguera sanadora. El abuelo rojo sana la dualidad de los espejos. Nacerás como un trébol en el valle, recordarás el paisaje una y otra vez, sabrás tu verdadero nombre. El verbo se deshace en las miradas, las palabras no alcanzan la piel. Evoco a la madre, a la serpiente emplumada, y al fin te puedo ver, emerges a la superficie como un trueno, escucho tu sonido en el viento, y en el silencio veo tu color de vacuidad.