miércoles, 3 de octubre de 2012

Dolor.

Me desfiguro ante la ausencia. Una falla en la falla descompuso el motor que transfigura la esencia. ¿Se estancó? ¿Se mareó? ¿No durmió? Gritan los mares mi ausencia. La vida entera consigue lo que no desea hacer. En mi corazón solo pena. El silencio es amigo de la muerte y la muerte es testigo de mi dolor. Nace en mi la luna que muere. Es corto el tiempo que dura una luna para una vida de millón de años. Como un pequeño desentierro. Un latigazo en la mano del juez mentor. Diga, lo escucho. Silencio. No quiero escucharlo. Cállese de una buena vez, es hora que dictamine la hora en que ha de partir de la nave. Hoy la ausencia duerme. y usted sigue despierto. Despierte de ese despertar, porque es tarde allá afuera y los niños lloran de pena la tristeza del mundo. Solo ellos la lloran, los demás persiguen el fino hilo de la voluntad aplastada por los huracanes de acero y vino frió  Desayunense este pequeño dolor que les traigo, lo vestí de finas telas negras, para que luzca como realmente merece. Un dolor es un dolor al fin y al cabo arde en la piel, en el dedo meñique y pulgar. Silencio.